LAS NORMAS SOCIALES
Toda cultura y toda sociedad necesita un conjunto de pautas de comportamiento que sus miembros puedan usar de guían en sus relaciones con los demás. Las pautas sociales, en la medida en que son compartidas por un gran número de personas, contribuyen a crear ciertas regularidades de comportamiento que nos ayudan a prever conductas de los otros y a tomarlas en cuenta para actuar.
Veamos las siguientes situaciones:
◘ Salimos apurados de casa y tomamos un taxi. No le decimos nada al taxista, y nosotros mismos tampoco lo pensamos, pero esperamos que maneje por su derecha, que parte ante una luz roja y que no vaya por la vereda, sino por la calle.
◘ Vamos a hacer un trámite en una oficina y pedimos información. Esperamos que la señora hable con nosotros en español y no quiera practicar otro idioma que esta aprendiendo.
◘ Tenemos hambre, pasamos por la panadería y compramos bizcochos; ni se nos ocurre pensar que a lo mejor el panadero puso un poco de arsénico en la masa.
Todas las anteriores situaciones cotidianas que vivimos todos nosotros tienen algo en común: estamos dependiendo de que el comportamiento de los demás se adecue a lo que son las normas establecidas por la sociedad; no parece que hagamos nada para que ello suceda, simplemente esperamos que la conducta conforme a normas renga lugar espontáneamente. Y la mayor parte de las veces eso es lo que ocurre.
Podemos hablar de normas sociales siempre que estemos frente a un comportamientoacostumbrado, que se repite frecuentemente, que es generalizado, porque es realizado por un gran número de personas y que es lo suficientemente importante como para que se establezca presión social para su cumplimiento.
EL CONTROL SOCIAL
Para que las normas sociales se mantengan en el tiempo es necesario que el grupo social ejerza algún tipo de presión para que sean acatadas. Es muy probable que el taxista del ejemplo anterior, se sienta tentado a pasar con la luz roja, pero la perspectiva de recibir una multa puede resultar suficiente para evitarlo. La empleada que quería hablar en otro idioma, tal vez se contuvo por miedo al ridículo.
La sociedad recurre a una serie de sanciones, tan graves como la muerte (no en el caso de nuestro Estado) o el destierro, o tan simples como una mirada reprobatoria, para evitar que sus integrantes se aparten de las normas.
Al conjunto de mecanismos que una sociedad emplea para forzar o inducir a sus miembros al cumplimiento de las pautas sociales y evitar la desviación, se le llama control social.
Los mecanismos de control social difieren en las distintas sociedades y culturas. En grupos homogéneos de tamaño reducido, como un pequeño pueblo o barrio, predominan mecanismos de control informales, esto es basados en las habladurías, la crítica y el ridículo, lo cual no significa que la sanción sea mas leve. En estas pequeñas comunidades, la desviación es más evidente porque todos se conocen y el margen de variación permitido en el cumplimiento de la norma es muy pequeño. El control es aquí difuso y generalizado. Las personas que viven en este tipo de grupos saben hasta que punto es difícil tratar de ignorar el control que se ejerce.
En las grandes sociedades urbanas en cambio, el margen de tolerancia a la variación es mucho mayor. Las grandes poblaciones otorgan un alto grado de anonimato y de libertad a las personas. En los grandes edificios de apartamentos, los vecinos apenas se conocen entre si, y en las grandes avenidas es muy difícil encontrar siquiera conocidos. Es así que los controles sociales suelen estar limitados a los mecanismos formales, o sea aquellos que consisten en sanciones previstas en normas jurídicas; una multa, la prisión, etc.
Debemos tener presente que el individuo mismo es uno mas de los miembros del grupo que ejerce presión social. El mismo contribuye a hacer cumplir las normas sociales, de dos maneras distintas: presionando a otros, o cumpliendo el mismo con las normas.
Rocher dice:
En toda colectividad, cada miembro es simultáneamente objeto de una coacción ejercida por los demás, agente de la coacción que se ejerce sobre los demás y sujeto de la coacción que se impone a si mismo”
Los mecanismos de control social fuerzan a la persona a la conformidad con las normas del grupo.
CONFORMIDAD
En cualquier sociedad, es comportamiento mas usual es la aceptación espontánea de las normas sociales, la conducta desviada es excepcional y por eso se convierte en noticia.
Esta adhesión espontánea por parte de los miembros de una sociedad, a la que llamamos conformidad, es producto de una socialización exitosa, que permite la internalización de pautas conducta admitidas, y los mecanismos de control social, que preservan el cumplimiento. Cuando alguno de ellos dos falla, es probable que exista la desviación social.
ANOMIA
Una de las consecuencias de la existencia de normas sociales es la de poder anticipar la conducta de otros; las normas nos proporcionan algunas certezas acerca de cómo funciona la sociedad y nos hacen sentir mas seguros. Nosotros mismos nos sentimos mas cómodos en la interacción con los demás cuando sabemos como comportarnos, que si no sabemos que pautas seguir. Aunque las normas también nos obligan, por lo general no sentimos su peso porque las hemos incorporado a nuestra personalidad a través del proceso de socialización.
Pero algunas veces no resulta demasiado claro para el individuo que conducta debe seguir: o bien no existen normas claras para esa situación o las que habían dejaron de ser adecuadas. La persona simplemente no sabe que hacer y la sensación es verdaderamente incómoda.
A la situación de ambigüedad social en la cual la persona no sabe como comportarse porque las pautas de conducta son, o bien inexistentes, o poco claras o inadecuadas, le llamamos anomia.
Las situaciones de anomia son frecuentes cuando los cambios que tienen lugar en una sociedad son muy rápidos; las normas sociales difícilmente pueden acompasar el cambio y los miembros del grupo quedan sin pautas de referencia para orientar su conducta.
LA ANOMIA SEGÚN DURKHEIM
Durkheim desarrolló el concepto de anomia en una de sus principales obras, “El suicidio”, escrita en el 1897, aunque ya había introducido el término en otra de sus obras, “De la división del trabajo social” que es de 1894. El interés por el tema del suicidio surgió a raíz de ciertas regularidades que se podían observar en las tasas de suicidio según los lugares y las épocas. Por Ej. El número de casos de suicidio que tiene lugar anualmente en una sociedad o localidad o área geográfica es relativamente constante, y no varía al azar sino en función de varios factores. Aparentemente, no hay fenómeno más individual que la decisión de un individuo de quitarse la vida, y sin embargo, Durkheim lo estudia para demostrar hasta qué punto esas decisiones individuales tienen una raíz en causas sociales o en lo que denomina “corrientes suicidógenas”.
Por eso establece la distinción entre el suicidio en sí mismo, que es un fenómeno individual, y la tasa de suicidio que es un fenómeno social.
Análisis sociológico de Durkheim.
Lo inicia con una definición del suicidio, paso fundamental ya que los sociólogos necesitan saber cuáles fenómenos encajan en su definición para estar seguros de poder explicar toda la experiencia relevante. En la definición de Durkheim el suicidio se da cuando el individuo conscientemente causa el fin de su propia vida.
Durkheim aplicó su método sociológico para probar las diferentes explicaciones del suicidio debatidas en su tiempo.
¿Está el suicidio ligado a la enfermedad mental? El autor vio poca evidencia de ello. ¿Hay algo en las estructuras biológicas y genéticas de un grupo que predispone a sus miembros al suicidio? Los hechos indicaron que no lo había. Entonces se dirige a los factores ambientales (noches largas y días cortos). De nuevo se encontró que la respuesta era negativa. Luego de analizar todos éstos factores la respuesta era obvia. Si la tasa de suicidios varió de un grupo a otro, debía existir algo en los grupos por sí mismos que estimula y reprime el suicidio. Al analizar la vida social de grupos con altas y bajas de suicidio concluyó que existen tres tipos de suicidio: egoísta, altruista y anómico.
Durkheim demostró que aun un acto privado como el suicidio está formado por fuerzas sociales. Los tipos de suicidio son realmente variaciones sobre el mismo tema: la relativa fuerza del orden social y el vínculo del individuo con el grupo..Los suicidios egoístas reflejan que la gente se ha separado de la sociedad; los altruistas ocurren cuando la gente valora al grupo por encima de sus vidas; los suicidios anómicos cuando el orden social se ha roto y la gente ya no sabe qué esperar.
Sociólogos contemporáneos estudian las fuerzas sociales presentes en el suicidio (Breault, 1986, Bearman, 1991; Phillips y Carstensen, 1986,1988, Stack, 1987, Trovato y Vos, 1992). Los sociólogos han hablado de los peligros de tratar el suicidio en forma aislada, como un problema de enfermedad mental, se tiende a ignorar otros factores de riesgo que están ligados al suicidio como la disponibilidad de armas de fuego, perdida de un padre, alcohol y uso de drogas, etc.
Suicidio egoísta: Es típico de las modernas sociedades industrializadas. En ella, los individuos se encuentran principalmente volcados a la satisfacción de sus propias necesidades. Al mismo tiempo, en estas sociedades, la integración social es más débil por lo cual son muy fuertes los sentimientos individualistas que los de pertenencia al grupo. Como consecuencia el individuo se ve volcado a la satisfacción de deseos infinitos, que nunca pueden ser colmados en la medida en que aparecen otros nuevos.
Cuando la disparidad entre los deseos experimentados por el individuo y la posibilidad de satisfacerlos aumenta, surgen las condiciones que favorecen la predisposición al suicidio. Por eso es que Durkheim estudia el suicidio egoísta mediante la relación entre la tasa de suicidio y los factores integradores, como la familia y la Iglesia. Por lo tanto, el suicidio egoísta varía en razón inversa del grado de integración de los grupos sociales de que forma parte el individuo.
Suicidio altruista: Estamos ante una preeminencia total del grupo frente al individuo, éste se suicida por mandatos sociales y ni siquiera piensa en reivindicar su derecho a la vida. Este tipo es característico de sociedades tradicionales, sumamente integradas y con una conciencia colectiva muy fuerte. Ejs. Viuda que desea ser quemada junto con el cadáver de su marido y el Capitán de un barco que niega a abandonarlo aunque éste se hunde.
Suicidio anómico: Es el que más le interesa a Durkheim, es el más característico de la sociedad moderna y se refleja en la relación entre las variaciones en las tasas de suicidio y las etapas del ciclo económico. En épocas de crisis económicas, las tasas de suicidio aumentan, Ej. Crisis de de la Bolsa en 1929. Pero lo más interesante es que la tasa aumenta también en períodos de bonanza económica. Entonces Durkheim encuentra la explicación en el rápido cambio en las normas que servían como marcos de referencia para la conducta del sujeto. El suicidio es anómico porque su origen se encuentra en la ausencia o la inadecuación de normas sociales.
LA ANOMIA SEGÚN MERTON
Cuando Merton escribió su famoso ensayo Estructura social y anomia, se centró en el tema de la desviación social al intentar “descubrir como algunas estructuras sociales ejercen una presión definida sobre ciertas personas de la sociedad para que sigan una conducta inconformista y no una conducta conformista”.
Para este autor existen en la sociedad dos tipos distintos de normas: aquellas que señalan los fines o propósitos definidos por la cultura como valiosos, o sea aquellas cosas que vale la pena obtener, como prestigio, dinero, etc. y aquellas que prescriben medios, o sea los modos que la sociedad considera legítimos para alcanzar los objetivos culturales tales como seguir estudiando, trabajar duramente, etc.
Cuando en una sociedad se enfatizan los objetivos y valores culturales en tal grado que los medios institucionalizados pierden relevancia por Ej. Se enfatiza el valor de tener dinero pero no se valora igualmente el trabajo honrado, la sociedad se hace inestable y se produce la anomia.
Merton distingue cinco tipos posibles de adaptación individual a las normas y valores de la sociedad y los expone en el siguiente cuadro donde (+ ) significa aceptación, (- ) significa rechazo y (+/ -) significa rechazo de los valores vigentes y propuesta de otros nuevos.
Modo de adaptación Metas culturales Medios institucionalizados
Conformidad + +
Innovación + -
Ritualismo - +
Retraimiento - -
Rebelión -/+ -/ +
Conformidad: El individuo elige fines y acepta medios compartidos por la sociedad. Es la conducta más difundida en la sociedad
Innovación: El individuo se plantea fines aceptados pero rechaza los medios aceptados socialmente, se adhiere a la frase “el fin justifica los medios”.
Ritualismo: La persona no se plantea metas, sin embargo utiliza ciertos medios institucionalizados. Las frases típicas del ritualista: “me alcanza con lo que tengo”, “lo importante es tener trabajo”. La persona es rígida cuando cumple ciertos papeles (burócratas).
Retraimiento: Es el tipo de adaptación menos frecuente en la sociedad. Se trata de una situación en la cual se llega a un equilibrio negativo: “perder todo para llegar a cualquier parte”, el alcohólico, el drogadicto. El individuo ha internalizado los valores y normas sociales durante su proceso de socialización pero cuando percibe que los medios no son los adecuados para alcanzar los fines entra en un conflicto que no es capaz de resolver. A partir de ahí se autoexcluye de la sociedad y su conflicto desaparece.
Rebelión: Este comportamiento se da en individuos que sustentan principios, pero no aceptan los medios y fines institucionalizados y proponen nuevas metas y nuevos medios. La rebelión no debe confundirse con el resentimiento, que tiene lugar cuando las personas, al fracasar en su intento por lograr las metas culturales, se desengañan de ellas. Cuando la rebelión se da en grupos relativamente pequeños o poco poderosos en una sociedad, puede dar lugar a la formación de subculturas, como algunos grupos juveniles.
Según Merton la anomia no es más que el resultado de un proceso que tiene lugar en la estructura social. Cuando el comportamiento desviado tiene éxito y se generaliza, la conducta de las personas se hace imprevisible y hablamos de Anomia social.
Bibliografía:
“Introducción a la Sociología” A. Marrero. 8º Edición. 2006 F.C.U
Sociología. R. J. Gelles. A Levine. 6º Edición Mc Graw Hill
Cuadernos de Sociología. R. Garrido, M. Bottero, K, Szollossyczar. 1ª Edición. 1997. Ideas Ediciones.
Toda cultura y toda sociedad necesita un conjunto de pautas de comportamiento que sus miembros puedan usar de guían en sus relaciones con los demás. Las pautas sociales, en la medida en que son compartidas por un gran número de personas, contribuyen a crear ciertas regularidades de comportamiento que nos ayudan a prever conductas de los otros y a tomarlas en cuenta para actuar.
Veamos las siguientes situaciones:
◘ Salimos apurados de casa y tomamos un taxi. No le decimos nada al taxista, y nosotros mismos tampoco lo pensamos, pero esperamos que maneje por su derecha, que parte ante una luz roja y que no vaya por la vereda, sino por la calle.
◘ Vamos a hacer un trámite en una oficina y pedimos información. Esperamos que la señora hable con nosotros en español y no quiera practicar otro idioma que esta aprendiendo.
◘ Tenemos hambre, pasamos por la panadería y compramos bizcochos; ni se nos ocurre pensar que a lo mejor el panadero puso un poco de arsénico en la masa.
Todas las anteriores situaciones cotidianas que vivimos todos nosotros tienen algo en común: estamos dependiendo de que el comportamiento de los demás se adecue a lo que son las normas establecidas por la sociedad; no parece que hagamos nada para que ello suceda, simplemente esperamos que la conducta conforme a normas renga lugar espontáneamente. Y la mayor parte de las veces eso es lo que ocurre.
Podemos hablar de normas sociales siempre que estemos frente a un comportamientoacostumbrado, que se repite frecuentemente, que es generalizado, porque es realizado por un gran número de personas y que es lo suficientemente importante como para que se establezca presión social para su cumplimiento.
EL CONTROL SOCIAL
Para que las normas sociales se mantengan en el tiempo es necesario que el grupo social ejerza algún tipo de presión para que sean acatadas. Es muy probable que el taxista del ejemplo anterior, se sienta tentado a pasar con la luz roja, pero la perspectiva de recibir una multa puede resultar suficiente para evitarlo. La empleada que quería hablar en otro idioma, tal vez se contuvo por miedo al ridículo.
La sociedad recurre a una serie de sanciones, tan graves como la muerte (no en el caso de nuestro Estado) o el destierro, o tan simples como una mirada reprobatoria, para evitar que sus integrantes se aparten de las normas.
Al conjunto de mecanismos que una sociedad emplea para forzar o inducir a sus miembros al cumplimiento de las pautas sociales y evitar la desviación, se le llama control social.
Los mecanismos de control social difieren en las distintas sociedades y culturas. En grupos homogéneos de tamaño reducido, como un pequeño pueblo o barrio, predominan mecanismos de control informales, esto es basados en las habladurías, la crítica y el ridículo, lo cual no significa que la sanción sea mas leve. En estas pequeñas comunidades, la desviación es más evidente porque todos se conocen y el margen de variación permitido en el cumplimiento de la norma es muy pequeño. El control es aquí difuso y generalizado. Las personas que viven en este tipo de grupos saben hasta que punto es difícil tratar de ignorar el control que se ejerce.
En las grandes sociedades urbanas en cambio, el margen de tolerancia a la variación es mucho mayor. Las grandes poblaciones otorgan un alto grado de anonimato y de libertad a las personas. En los grandes edificios de apartamentos, los vecinos apenas se conocen entre si, y en las grandes avenidas es muy difícil encontrar siquiera conocidos. Es así que los controles sociales suelen estar limitados a los mecanismos formales, o sea aquellos que consisten en sanciones previstas en normas jurídicas; una multa, la prisión, etc.
Debemos tener presente que el individuo mismo es uno mas de los miembros del grupo que ejerce presión social. El mismo contribuye a hacer cumplir las normas sociales, de dos maneras distintas: presionando a otros, o cumpliendo el mismo con las normas.
Rocher dice:
En toda colectividad, cada miembro es simultáneamente objeto de una coacción ejercida por los demás, agente de la coacción que se ejerce sobre los demás y sujeto de la coacción que se impone a si mismo”
Los mecanismos de control social fuerzan a la persona a la conformidad con las normas del grupo.
CONFORMIDAD
En cualquier sociedad, es comportamiento mas usual es la aceptación espontánea de las normas sociales, la conducta desviada es excepcional y por eso se convierte en noticia.
Esta adhesión espontánea por parte de los miembros de una sociedad, a la que llamamos conformidad, es producto de una socialización exitosa, que permite la internalización de pautas conducta admitidas, y los mecanismos de control social, que preservan el cumplimiento. Cuando alguno de ellos dos falla, es probable que exista la desviación social.
ANOMIA
Una de las consecuencias de la existencia de normas sociales es la de poder anticipar la conducta de otros; las normas nos proporcionan algunas certezas acerca de cómo funciona la sociedad y nos hacen sentir mas seguros. Nosotros mismos nos sentimos mas cómodos en la interacción con los demás cuando sabemos como comportarnos, que si no sabemos que pautas seguir. Aunque las normas también nos obligan, por lo general no sentimos su peso porque las hemos incorporado a nuestra personalidad a través del proceso de socialización.
Pero algunas veces no resulta demasiado claro para el individuo que conducta debe seguir: o bien no existen normas claras para esa situación o las que habían dejaron de ser adecuadas. La persona simplemente no sabe que hacer y la sensación es verdaderamente incómoda.
A la situación de ambigüedad social en la cual la persona no sabe como comportarse porque las pautas de conducta son, o bien inexistentes, o poco claras o inadecuadas, le llamamos anomia.
Las situaciones de anomia son frecuentes cuando los cambios que tienen lugar en una sociedad son muy rápidos; las normas sociales difícilmente pueden acompasar el cambio y los miembros del grupo quedan sin pautas de referencia para orientar su conducta.
LA ANOMIA SEGÚN DURKHEIM
Durkheim desarrolló el concepto de anomia en una de sus principales obras, “El suicidio”, escrita en el 1897, aunque ya había introducido el término en otra de sus obras, “De la división del trabajo social” que es de 1894. El interés por el tema del suicidio surgió a raíz de ciertas regularidades que se podían observar en las tasas de suicidio según los lugares y las épocas. Por Ej. El número de casos de suicidio que tiene lugar anualmente en una sociedad o localidad o área geográfica es relativamente constante, y no varía al azar sino en función de varios factores. Aparentemente, no hay fenómeno más individual que la decisión de un individuo de quitarse la vida, y sin embargo, Durkheim lo estudia para demostrar hasta qué punto esas decisiones individuales tienen una raíz en causas sociales o en lo que denomina “corrientes suicidógenas”.
Por eso establece la distinción entre el suicidio en sí mismo, que es un fenómeno individual, y la tasa de suicidio que es un fenómeno social.
Análisis sociológico de Durkheim.
Lo inicia con una definición del suicidio, paso fundamental ya que los sociólogos necesitan saber cuáles fenómenos encajan en su definición para estar seguros de poder explicar toda la experiencia relevante. En la definición de Durkheim el suicidio se da cuando el individuo conscientemente causa el fin de su propia vida.
Durkheim aplicó su método sociológico para probar las diferentes explicaciones del suicidio debatidas en su tiempo.
¿Está el suicidio ligado a la enfermedad mental? El autor vio poca evidencia de ello. ¿Hay algo en las estructuras biológicas y genéticas de un grupo que predispone a sus miembros al suicidio? Los hechos indicaron que no lo había. Entonces se dirige a los factores ambientales (noches largas y días cortos). De nuevo se encontró que la respuesta era negativa. Luego de analizar todos éstos factores la respuesta era obvia. Si la tasa de suicidios varió de un grupo a otro, debía existir algo en los grupos por sí mismos que estimula y reprime el suicidio. Al analizar la vida social de grupos con altas y bajas de suicidio concluyó que existen tres tipos de suicidio: egoísta, altruista y anómico.
Durkheim demostró que aun un acto privado como el suicidio está formado por fuerzas sociales. Los tipos de suicidio son realmente variaciones sobre el mismo tema: la relativa fuerza del orden social y el vínculo del individuo con el grupo..Los suicidios egoístas reflejan que la gente se ha separado de la sociedad; los altruistas ocurren cuando la gente valora al grupo por encima de sus vidas; los suicidios anómicos cuando el orden social se ha roto y la gente ya no sabe qué esperar.
Sociólogos contemporáneos estudian las fuerzas sociales presentes en el suicidio (Breault, 1986, Bearman, 1991; Phillips y Carstensen, 1986,1988, Stack, 1987, Trovato y Vos, 1992). Los sociólogos han hablado de los peligros de tratar el suicidio en forma aislada, como un problema de enfermedad mental, se tiende a ignorar otros factores de riesgo que están ligados al suicidio como la disponibilidad de armas de fuego, perdida de un padre, alcohol y uso de drogas, etc.
Suicidio egoísta: Es típico de las modernas sociedades industrializadas. En ella, los individuos se encuentran principalmente volcados a la satisfacción de sus propias necesidades. Al mismo tiempo, en estas sociedades, la integración social es más débil por lo cual son muy fuertes los sentimientos individualistas que los de pertenencia al grupo. Como consecuencia el individuo se ve volcado a la satisfacción de deseos infinitos, que nunca pueden ser colmados en la medida en que aparecen otros nuevos.
Cuando la disparidad entre los deseos experimentados por el individuo y la posibilidad de satisfacerlos aumenta, surgen las condiciones que favorecen la predisposición al suicidio. Por eso es que Durkheim estudia el suicidio egoísta mediante la relación entre la tasa de suicidio y los factores integradores, como la familia y la Iglesia. Por lo tanto, el suicidio egoísta varía en razón inversa del grado de integración de los grupos sociales de que forma parte el individuo.
Suicidio altruista: Estamos ante una preeminencia total del grupo frente al individuo, éste se suicida por mandatos sociales y ni siquiera piensa en reivindicar su derecho a la vida. Este tipo es característico de sociedades tradicionales, sumamente integradas y con una conciencia colectiva muy fuerte. Ejs. Viuda que desea ser quemada junto con el cadáver de su marido y el Capitán de un barco que niega a abandonarlo aunque éste se hunde.
Suicidio anómico: Es el que más le interesa a Durkheim, es el más característico de la sociedad moderna y se refleja en la relación entre las variaciones en las tasas de suicidio y las etapas del ciclo económico. En épocas de crisis económicas, las tasas de suicidio aumentan, Ej. Crisis de de la Bolsa en 1929. Pero lo más interesante es que la tasa aumenta también en períodos de bonanza económica. Entonces Durkheim encuentra la explicación en el rápido cambio en las normas que servían como marcos de referencia para la conducta del sujeto. El suicidio es anómico porque su origen se encuentra en la ausencia o la inadecuación de normas sociales.
LA ANOMIA SEGÚN MERTON
Cuando Merton escribió su famoso ensayo Estructura social y anomia, se centró en el tema de la desviación social al intentar “descubrir como algunas estructuras sociales ejercen una presión definida sobre ciertas personas de la sociedad para que sigan una conducta inconformista y no una conducta conformista”.
Para este autor existen en la sociedad dos tipos distintos de normas: aquellas que señalan los fines o propósitos definidos por la cultura como valiosos, o sea aquellas cosas que vale la pena obtener, como prestigio, dinero, etc. y aquellas que prescriben medios, o sea los modos que la sociedad considera legítimos para alcanzar los objetivos culturales tales como seguir estudiando, trabajar duramente, etc.
Cuando en una sociedad se enfatizan los objetivos y valores culturales en tal grado que los medios institucionalizados pierden relevancia por Ej. Se enfatiza el valor de tener dinero pero no se valora igualmente el trabajo honrado, la sociedad se hace inestable y se produce la anomia.
Merton distingue cinco tipos posibles de adaptación individual a las normas y valores de la sociedad y los expone en el siguiente cuadro donde (+ ) significa aceptación, (- ) significa rechazo y (+/ -) significa rechazo de los valores vigentes y propuesta de otros nuevos.
Modo de adaptación Metas culturales Medios institucionalizados
Conformidad + +
Innovación + -
Ritualismo - +
Retraimiento - -
Rebelión -/+ -/ +
Conformidad: El individuo elige fines y acepta medios compartidos por la sociedad. Es la conducta más difundida en la sociedad
Innovación: El individuo se plantea fines aceptados pero rechaza los medios aceptados socialmente, se adhiere a la frase “el fin justifica los medios”.
Ritualismo: La persona no se plantea metas, sin embargo utiliza ciertos medios institucionalizados. Las frases típicas del ritualista: “me alcanza con lo que tengo”, “lo importante es tener trabajo”. La persona es rígida cuando cumple ciertos papeles (burócratas).
Retraimiento: Es el tipo de adaptación menos frecuente en la sociedad. Se trata de una situación en la cual se llega a un equilibrio negativo: “perder todo para llegar a cualquier parte”, el alcohólico, el drogadicto. El individuo ha internalizado los valores y normas sociales durante su proceso de socialización pero cuando percibe que los medios no son los adecuados para alcanzar los fines entra en un conflicto que no es capaz de resolver. A partir de ahí se autoexcluye de la sociedad y su conflicto desaparece.
Rebelión: Este comportamiento se da en individuos que sustentan principios, pero no aceptan los medios y fines institucionalizados y proponen nuevas metas y nuevos medios. La rebelión no debe confundirse con el resentimiento, que tiene lugar cuando las personas, al fracasar en su intento por lograr las metas culturales, se desengañan de ellas. Cuando la rebelión se da en grupos relativamente pequeños o poco poderosos en una sociedad, puede dar lugar a la formación de subculturas, como algunos grupos juveniles.
Según Merton la anomia no es más que el resultado de un proceso que tiene lugar en la estructura social. Cuando el comportamiento desviado tiene éxito y se generaliza, la conducta de las personas se hace imprevisible y hablamos de Anomia social.
Bibliografía:
“Introducción a la Sociología” A. Marrero. 8º Edición. 2006 F.C.U
Sociología. R. J. Gelles. A Levine. 6º Edición Mc Graw Hill
Cuadernos de Sociología. R. Garrido, M. Bottero, K, Szollossyczar. 1ª Edición. 1997. Ideas Ediciones.